Puede que no parezcan las criaturas mÔs tiernas, pero mucha gente en Nueva York adora las zarigüeyas. En mayo, fueron los mÔs votados en una encuesta realizada por el Departamento de Conservación Ambiental del estado. Como resultado, uno de ellos adornarÔ el próximo Habitat and Access Stamp del DEC, que se entrega a cambio de una donación en apoyo de sus esfuerzos de conservación de hÔbitats de vida silvestre.

A continuación algunos hechos fascinantes sobre estos tĆmidos y tiernos mamĆferos ā el Ćŗnico marsupial en Norte AmĆ©rica que lleva a sus crĆas en bolsa y gran destructor de garrapatas.
Las zarigüeyas no son āpossumsā.Ā Si bien la palabra “possum” en inglĆ©s se usa comĆŗnmente en AmĆ©rica del Norte de habla inglesa para referirse a las zarigüeyas, estas Ćŗltimas habitan en Australia. Las que se encuentran en Nueva York y en todo Estados Unidos se llaman āVirginia oposumā (Didelphis virginiana).Ā Al principio estas zarigüeyas solo vivĆan en el sur y en climas mĆ”s tropicales, pero en los 1900 empezaron a migrar en grandes cantidades a los estados del noreste, atraĆdas por la creciente disponibilidad de alimentos en los patios traseros suburbanos y ayudadas por un clima cambiante.Ā
La palabra zarigüeya deriva de una palabra algonquina que significa “bestia parecida a un perro“.Ā Los pueblos IndĆgenas Powhatan introdujeron a los colonos de Virginia del siglo XVII a este animal como fuente de alimento. El fundador de Jamestown, John Smith, describió a las zarigüeyas como animales con “cabeza como la de un cerdo … cola como una rata … del tamaƱo de un gato“.Ā

En el sur, las personas esclavizadas cazaban zarigüeyas para aumentar su dieta.Ā Los dueƱos de las plantaciones les permitĆan capturarlas despuĆ©s del anochecer. Si bien esto ayudaba a reducir los costos de los alimentos para los esclavistas, estos viajes nocturnos tuvieron un beneficio adicional e inesperado para las personas esclavizadas: asĆ pudieron perfeccionar sus habilidades para orientarse de noche y evaluar oportunidades y rutas para escapar.
Las zarigüeyas evolucionaron hace unos 65 millones de aƱos, justo cuando los dinosaurios se estaban extinguiendo.Ā A diferencia de la mayorĆa de las criaturas, han cambiado muy poco desde entonces. Una posible razón para esto es que son “generalistas dietĆ©ticos“. Eso significa que comen una amplia variedad de alimentos, desde nueces y granos hasta pĆ”jaros, ratones, insectos y ranas, por lo que no tenĆan necesidad de adaptarse si desaparecĆa una Ćŗnica fuente de alimento.
Al menos dos presidentes de Estados Unidos comieron zarigüeya.Ā A William Howard Taft le encantó el sabor, que se dice parecido a la carne de cerdo, y sirvió zarigüeya asada con batatas en la Casa Blanca. En la Georgia de la Ć©poca de la Gran Depresión, la empobrecida familia de Jimmy Carter dependĆa de la carne de los animales para evitar el hambre. Cuando una vez se le preguntó cuĆ”l era la mejor manera de comer zarigüeya, respondió irónicamente: “En porciones muy pequeƱas“.

Tienen su propio monumento.Ā La pequeƱa ciudad de Wassau, Florida, que se dice tener mĆ”s zarigüeyas que personas, erigió una estatua en 1982 para reconocer a los animales. Su texto dice en parte: “Su presencia aquĆ ha proporcionado una fuente de alimentos nutritivos y sabrosos en tiempos normales y ha sido una ayuda importante para la supervivencia humana en tiempos de angustia y necesidad crĆtica“.
Las zarigüeyas no se quedan quietas.Ā Verdaderas nómadas, se mueven de una guarida a otra (troncos ahuecados, montones de maleza, madrigueras abandonadas por otros animales) cada uno o dos dĆas. Se trasladan principalmente de noche; ser atropellados por automóviles es una de las principales causas de su mortalidad. Al conducir despuĆ©s del anochecer se recomienda prestar atención por si se ven sus brillantes ojos rojos.
Paren hasta 20 bebĆ©s.Ā Las zarigüeyas nacen del tamaƱo de una abeja, ciegas y sin pelo. Las crĆas reciĆ©n nacidas, o cachorros, se meten inmediatamente en la bolsa de la madre, donde permanecen unas ocho semanas, dependiendo para alimentarse de uno de sus 13 pezones. Una vez que salen de la bolsa, los cachorros se quedan con su madre unas cuatro semanas mĆ”s sobre su espalda. A las 12 semanas, deben comenzar a valerse por sĆ mismas. Solo una de cada 10 sobrevive hasta la edad adulta.Ā

Las zarigüeyas no se āhacenā las muertas.Ā La expresión tan comĆŗn en inglĆ©s, āto play possumā, no se basa en la realidad. Bajo estrĆ©s, las zarigüeyas se desmayan y pueden permanecer inmóviles hasta unas seis horas. Esto confunde y ahuyenta a muchos depredadores, como bĆŗhos, gatos monteses, zorros y coyotes, que prefieren capturar sus comidas vivas.
Son excelentes trepadores de Ć”rboles.Ā Las zarigüeyas usan tanto su cola sin pelo y los dedos gordos oponibles (similares a los pulgares humanos) de sus patas traseras para agarrarse a las ramas de los Ć”rboles.Ā
Y no hibernan.Ā Una capa de grasa bajo su piel les permite sobrevivir los inviernos frĆos, aunque son susceptibles a la congelación (especialmente sus colas sin pelo) si las temperaturas bajan demasiado.

Las zarigüeyas tienen otros superlativos sorprendentes entre los mamĆferos de AmĆ©rica del Norte.Ā AdemĆ”s de ser el Ćŗnico marsupial, tienen la mayor cantidad de dientes: Ā”50! ā y la menor relación cerebro–peso.
Ayudan a mantener a raya la enfermedad de Lyme.Ā Una investigación realizada por el Cary Institute of Ecosystem Studies, en Millbrook, determinó que una zarigüeya puede engullir hasta 5,000 garrapatas en una sola temporada. Esto los convierte en buenas “vecinas“ de todo patio. TambiĆ©n lo hace el hecho de que son inmunes a la rabia, aunque para mantenerlas fuera de las siembras de flores u hortalizas, hay que plantar ajo o cebolla o hacer una infusión de los mismos para rociar los cultivos.
Reed Sparling es escritor e historiador de Scenic Hudson. Fue editor de Hudson Valley Magazine, y actualmente coedita Hudson River Valley Review, una revista acadƩmica publicada por el Hudson River Valley Institute en el Marist College.